- Para cuando le toquen la bocina
Extendió su mano y nos acercó un cartel que decía "tómate un armonyl" y desde ese entonces me he encontrado frenando a mi niño que a cada bocinazo se ve tentado a mostrar el famoso cartelito.
Es un arma valiosa que sólo debe utilizarse en ciertas ocasiones, como cuando de verdad estamos chatos en un taco de esos que no terminan nunca y hay un ente amargado intentando abrirse paso entre todos los autos que intentan hacer lo mismo.

Nos hemos llenado de anécdotas alrededor del místico cartelito, la mayoría las contamos en conjunto, imitando voces o contando nuestras versiones de los hechos por separado.

Ésta no es una de ellas.

Así llegó, me sonrió y comenzó a contarme su historia. Me pareció gracioso que alguien estuviera tan desesperado para ir al baño como para tocar la bocina, adelantar a mucha gente para, luego de ver el cartel, tomar un rollo de papel confort indicarlo y poner cara de "¡Ayuda!"