¡Jue horrible!

Tragué uno de esos pancitos que venden a la entrada del gimnasio y corrí al laboratorio. Me apesta llegar tarde, nunca he entendido por qué, pero es así.
Luego de ser casi impactada por cosas que los árboles se dedican a tirar porque no tienen nada mejor que hacer que estar ahí parados tirándole cosas a la gente, en especial a mí, porque así de paranoica soy; entré a lo que se podía llamar el laboratorio de física (que no conocía hasta ese entonces) donde había una especie de tablero lleno de cosas que se veían lindas, porque tenían muchos colores, pero aparte de eso nada más. Es como cuando mi niño compra cosas para dientes, me las muestra y yo le digo que son lindas porque tienen muchos colores, y ahí se termina mi comprensión de lo que hacen, para qué sirven, etc etc.
Es definitivo, las cosas eléctricas y yo no nos llevamos. Desde que mi madre me metió miedo con los enchufes que no atino a jugar con cosas así, a diferencia de mi padre, que se entretenía desarmando cosas, yo nunca lo hice porque "me podían retar" así que me dediqué a observar las cosas tal y cómo eran, cómo funcionaban pero sin interactuar demasiado.
Mientras intentábamos comprender cómo funcionaban todas esas cosas de colores, recordaba como Aurelio me había dicho que la guía estaba escrita practicamente para estúpidos, y que era lógico lo que había que hacer.
Al parecer no soy una persona muy lógica.

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