A sólo algunos días de que se cumpla un año del "Día freak" cumplo con hacer un copy/paste de lo que escribí hace ya casi un año sobre el 20 de marzo.

"Pertenezco a un smial donde jugamos a ser "freaks", en una plaza que de seguro no fue incluída en "Santiago Bizarro" ya que se merece un libro completo y más.

Cada semana nos reunimos a existir, o, en su defecto, a admirar el aprendizaje del futuro de nuestro país en materias como "Colisión reiterada Mención: árboles, implementos recreativos, montículos de pasto, etc"
Además tenemos amplio acceso a programas deportivos para la tercera edad, donde nuestros "abuelitos" participan de competencias extremas donde ponen a prueba su destreza y resistencia, animando a los espectadores a seguir estos eventos para los cuales la plaza está adecuada con centros de reparación por si algún desperfecto se hace presente.
Los animales tampoco se quedan atrás, allí también se desarrollan eventos de exhibición canina, donde vale la pena destacar a nuestros amigos: Euro, Dólar, Yen, Won, entre otros.
Pero todo esto no es nada comparado con "La loca", quien ya es practicamente una leyenda urbana en dichos encuentros.
Con frases como "¿Comes carne? Hay que salvarlo" La Loca se abre paso entre las miradas sorprendidas y las risas nerviosas, sólo para entablar conversaciones que, incluso para nuestras mentes freaks aficionadas; carecen de sentido alguno. El smial estalló en risas cuando la reconocida figura afirmó que con unas hamburguesas Patty y salchichas de pollo era feliz. Corrieron a anotar en su agenda el día más "freak" de toda su vida, al igual que corrieron de La Loca, cuando notaron que las seguía lejos de "La Plaza".
He dicho.