No es música, no es teatro, es ¡Calenda Maia!

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el tono no-azulado del estandarte que Edhel llevaba, totalmente asombrada ante tal descubrimiento, exclamé:
¡¿No que era azul?!
Minutos después, arrepentida de haber pronunciado esas palabras; Mithlond aún continuaba discutiendo de lo mismo, y hablo una discusión pareja, como si nos hubiesen dividido especialmente para la ocasión.
Ya me preguntaba si me estaba volviendo daltónica cuando Tío Jiggly se refirió a la "Azul naturaleza del estandarte" como un Dogma de Mithlond, aseverando que a la luz de "Anacleto el Profeta" se revelaba la verdadera esencia ocultada tras su morado aparente.
En éso estábamos cuando apagaron las luces por segunda vez. De inmediato un silencio invadió la sala y me puse a pensar (¡Horror! ¡Pensar!) cuanto extrañaba la música de esa forma. No un señor grave al frente de su partitura siguiéndola como tal. Una música con aires de improvisación pero sin caer en el error disfrazado. El equilibrio perfecto entre lo visual y lo musical, la variedad de situaciones captura de una forma tal que ni piensas en cuanto tiempo ha pasado hasta que es demasiado tarde.
No puedo evitar tener esos ataques de yo quiero cantar como ella, quiero tocar flauta como él. Quiero volver a sentir que yo y la música nos encontramos todos los días sin excepciones. Y no dejé de pensar en éso hasta llegar a mi casa, aunque las risas inundaran el ambiente cuando Mithlond se dedicó a preguntar de qué color era el estandarte a otras personas para comprobar que: ¡Debe ser azul! ¡Es azul!

Nota que nadie debe leer pero que igual pongo aquí Aunque mami de Zaki dijo que era índigo, pero...¡shh!
Nota mental A la hora de ponerme de acuerdo con Niña Tae sobre postear del mismo tema, escribir antes que ella para ahorrarme el reescribir el post por temor a sonar demasiado repetitiva.

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